jueves, 26 de febrero de 2015

I Monegros Trail Barri

Un poco por casualidad, algunas de las carreras que he disputado desde que empecé a correr (unas 6) han sido la primera edición, y alguna de las que tengo programadas también lo son.
Para mí, la I Monegros Trail Barri también fue la primera en varias cosas. Fue mi primera carrera trail, la primera carrera con esa distancia (casi 16K) y la primera carrera que me hundió física y psicológicamente hasta límites insospechados.
Me inscribí el día de apertura de inscripciones casi un mes antes de la prueba, y hasta ahora ha sido la inscripción más meditada de todas. La web de la carrera disponía de mucha información acerca del recorrido y distancias, así como de altimetría, lo que permitía hacerte una idea bastante clara de como iba a ser la misma. Mi mayor indecisión fue decidir en cual de las dos distancias me inscribía, 8 o 15 km (que al final fueron casi 9 y casi 16). La distancia de 8 me parecía floja, ya que en ese momento manejaba rodajes de 12 km casi a diario y la de 15 y sus 370 m de desnivel positivo me infundía cierto respeto.
Uno de esos días, salí a entrenar con intención de hacer un rodaje normal y corriente en base a 10 K y pude salir antes de lo habitual. Llevaba mi ritmo normal pero me encontraba muy muy bien y cuando estaba a punto de terminar, me encontraba con todas mis fuerzas intactas, como si no hubiese salido y como era pronto y el running tiene la ventaja de que te permite endurecer el entreno todo lo que quieras pues me dije, voy a tirar un poco mas. Y fui tirando, y fui tirando y a lo tonto me planté en 22 km que ya relataré en otra entrada.
Ese día me dije, si hago 22 en llano, puedo hacer 15 en montaña..
Craso error.
Llegó el día de la prueba y todo parecía estar conjeturado para hacer de ese día un verdadero infierno.
Mucho viento, muchísimo. Y de cara casi toda la prueba, un recorrido muy exigente y un frío intenso que con el viento hacía que la sensación térmica cayera muy por debajo de los 0 grados con un sol radiante.La verdad, no pintaba nada bien, mis sensaciones no eran nada buenas.
Retirada del dorsal, con bolsa de publicidad y camiseta del evento un rato antes de salir. Mucha gente, la prueba había levantado mucho interés y entre la prueba corta y larga, estábamos unos 700 allí, de los cuales casi 500 estábamos inscritos el la distancia larga.
Y comenzó la carrera, los primeros 3 km eran por senda ancha, por terreno ondulante, pero ganando poco a poco altura. El viento era muy fuerte, el respirar se hacía complicado, ya que parecía que te estuviesen metiendo el aire en los pulmones con un compresor, y en algún momento tenía hasta sensación de ahogo. A partir del km 3, se combinaban varias cosas, el ascenso por las faldas de un cerro prácticamente a fila de a uno, un tramo de bosque muy chulo con constantes subidas y bajadas, el descenso abrupto a un barranco, y a partir de allí un duro ascenso que iba subiendo en dificultad, que alcanzó su máxima entre el kilómetro 8 y 9 aproximadamente, ya que el recorrido se desarrollaba por una cresta que la organización bautizó como "cresta del diablo". Esta cresta daba acceso a un collado donde había un avituallamiento, y pensé que llegados allí ya estaba la prueba echa ya que era el punto de mas altitud de la prueba. Otro error.
Me detuve en el avituallamiento para comer un poco de fruta y agua, y seguí ya para abajo. Hasta ese momento me encontraba bien, bastante cansado porque había subido a piñón a fila de a uno (la senda tampoco permitía otra cosa) y mi orgullo no quiso que me parase.  Por el kilómetro 10 más o menos, lo poco que me había recuperado lo perdí ya que había otra zona de toboganes y me empeñé en no perder a un grupo de 4 que tenía delante. Allí empecé a encontrarme mal y a preguntarme que estaba haciendo allí. Y llegó la sorpresa. Km 11, tras un tramo llano, nos colocan una ladera que hay que subir en vertical, hay un voluntario en la parte alta dando ánimos, y nos dice que són solo 20 metros. Pero de Desnivel. imposible subirlo a la carrera, casi ni andando, yo, y alguno más subimos gateando, la pendiente era exageradísima. Habían puesto un letrerito, con un casco de gladiador y dos flechas hacia arriba y la leyenda "fuerza y honor", No voy a escribir lo que pensé, pero por ponerlo un poco gráfico vamos a decir que me cagué en todo y en todos. Mental  y metafóricamente, claro está.
Tras llegar a lo alto, ahora sí, todo bajada hasta meta. El problema es que ese muro me dejo muy muy tocado. Las piernas no funcionaban, mi cansancio estaba en niveles extremos, y mi cabeza estaba totalmente vacía. Tan sólo quería irme a casa y acabar con el que se había convertido en mi infierno particular. Empezó a adelantarme gente, pero no podía seguir a nadie, y me estaban dando pinchazos en el costado izquierdo. pude seguir "corriendo" hasta el km 12 más o menos y allí tiré la toalla, el orgullo y no se que más. Me paré y me senté un par de minutos. Durante ese tiempo no pasó nadie. Mis demonios internos me atacaban: "eres un mierdas", "esto no es para ti", "que ridículo estas haciendo"... todo negatividad. No se porqué, me levanté y mi parte positiva me dijo "si no corres, por lo menos ves andando, que sólo quedan 3 km y a malas lo haces en media hora" y tenía razón, ya que estaba allí, iba a terminar lo que había empezado. estuve como 15 minutos andando, miré varias veces atrás y no veía a nadie. Pensé que estaba cerrando la prueba. No se porque razón me empecé a encontrar mejor y me ví con ánimos de trotar. Quedaba cosa de kilómetro y medio, y entonces me pasaron 4 personas más que me dieron ánimos. Intenté seguirles pero aunque iban a un ritmo tortuga, el mío era mucho más tortuga, así que desistí. Además en que apretaba un poco, volvían los pinchazos. el wasap de mi móvil sonó, y me dio por mirarlo. En meta mis acompañantes estaban preocupados por mi. Ya estaba a menos de un km asi que por tranquilizar contesté que llegaba en cinco minutos. Al final, conseguí cruzar la meta, en un estado deplorable, y lo único que quería era irme a casa. Alguien me dio un botellín de agua, ni me miré el cronómetro. Había una chocolatada justo antes de la entrega de premios, pero pasé por completo del asunto, nos subimos al coche y para casa. Aquella tarde consulté la clasificación, aunque la verdad, me daba igual. Me daba igual en el sentido de que pasaba del tema.
Los siguientes días no fueron muy buenos para mí. Estuve 3 días sin poder salir a rodar, cada paso era una punzada de dolor, y los primeros entrenos fueron realmente malos. Siempre cansado, se me hacían eternos, hizo que me planteara el no seguir con la locura esta de correr.
Hasta después de semana y media mis tiempos no volvieron a ser lo que eran, pero seguía vació, desanimado y sin ganas. Pero todo esto cambió después de disputar la II Cursa de la boira (Lleida).

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