viernes, 13 de febrero de 2015

Carreras populares (y II)

Y suena el disparo de salida..
Los locos de la primera fila salen como alma que lleva el diablo, los de las filas siguientes salen bastante rápido también, pero ni tú, ni los locos alrededor tuyo se han movido. Somos muchos locos.
Parece que se empieza a mover, pero de momento sólo puedes andar, hasta que puedas correr, vas a tener que esperar a que la carrera se estire un poco. Pasas por el arco de salida y escuchas el pitido que confirma que el reloj está contando.
Y por fin puedes correr, quizás algo más rápido de lo habitual, hay mucho loco alrededor y no quieres parecer un pringado, aunque la camiseta que llevas está gritando "novato".
Tras un par de minutos, miras a tu alrededor, estas con locos que corren parecido a ti, tomas a tres o cuatro como referencia y fijas como objetivo ganar a uno de ellos, con ganar a uno te vale.
Van pasando los kilómetros, sin darte cuenta, tus referencias se han alejado por delante tuyo, señal de que o llevan mucho más ritmo que tu o tu te estás desinflando. Miras para atrás, y descubres que estás es una especie de "tierra de nadie", ya que tus referencias se han alejado, y ves al siguiente grupito de locos no muy alejados de ti. En ese momento estás solo, y te resistes a aceptarlo, así que aprietas los dientes y aumentas el ritmo, hay que coger a los de delante "cueste lo que cueste".
Tras unos minutos, parece que te estás acercando a tus referencias, pero en realidad, te has ido ralentizando poco a poco, segundo a segundo. Y los de atrás acaban por adelantarte. Y te cabreas. No lo exteriorizas pero estas furioso por dentro. Te sigue adelantando gente.
Han pasado unos pocos minutos más y ya han dejado de adelantarte y te has quedado con un grupo de unas cinco o seis personas. Ha pasado más de la mitad de la carrera y empiezas a encontrarte cómodo con el ritmo que llevas. Ahora tienes nuevas referencias de carrera.
Sólo faltan dos kilómetros, y el ritmo aumenta, y esta vez no te vas a quedar atrás. Dos de los que iban contigo abren hueco y tu haces lo que puedes para que no se vayan todos.
Último kilómetro. Vas muerto, agotado, pero aun así sigues corriendo al 99 por cien de lo que eres capaz, e incluso intentas dejar a ese par de locos que estaban contigo, pero esos locos también tienen orgullo y luchan para que no les ganes.
Últimos doscientos metros, la meta está en ligera cuesta arriba, pero ahora parece un muro, los locos que están contigo sprintan... por un momento vas ha hacerlo tu también pero oye, que sprinten ellos.
Cruzas la línea de meta, escuchas el pitido del sistema de cronometraje y alguien te da una bolsa con frutos secos, un botellín de agua y más publicidad.
En ese momento el tiempo importa poco o nada, lo que importa es que has acabado tu primer 10K.
Estás roto y dolorido, más que cansado, agotado.. ¿Cuando es la próxima?

No hay comentarios:

Publicar un comentario