Y quiero centrarme un poco más en las sensaciones, que no sólo están presente en el entrenamiento, sino en la competición y prácticamente a cada instante.
Un entrenamiento con malas sensaciones puede ser una auténtica pesadilla, todos hemos tenido (y tendremos) esos días en los que parece que nada funciona, donde parece que en vez de hacia adelante vamos hacia atrás. donde dan ganas de mandarlo todo a la mie... lejos y que consigue la peor de las torturas, la Psicológica.
Pero hay días en los que es absolutamente al revés, en la que sales a entrenar y en un principio parece un entrenamiento rutinario más. Tomas una de tus rutas habituales, o por variar de la rutina, haces una nueva o como lo llamo yo Freeway Running (Perderse por ahí sin ruta fija). Y al principio nada parece diferente, pero pasan los kilómetros y te encuentras bien. Llevan un buen ritmo, las pulsaciones bien, la respiración bien, las piernas responden.. y cada vez te encuentras mejor, y como que te da rabia terminar con ese entrenamiento porque aparte de encontrarte bien, te estas divirtiendo de lo lindo.
Pues algo así me pasó hace un par de días, salí a entrenar y como no me apetecía ninguna de las rutas que hago, fui por libre, sin rumbo fijo. Eso si, próximo a zona urbana, por lo que pudiera pasar. La verdad que empecé un poco con desgana pero poco a poco fui encontrándome mejor y divirtiéndome más. Acabe alargando el entreno todo lo que pude, porque aunque hubiera seguido corriendo, no disponía de mas tiempo. Esto fue lo que salió:
18 Kilómetros a un buen ritmo (algo más rápido que un rodaje), con todo funcionando perfectamente y pasándomelo de lo lindo. Es la primera vez desde que me uní a locura esta de correr que creo firmemente que puedo enfrentarme a la Maratón y terminarla.
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