jueves, 2 de julio de 2015

Unas veces se gana..

Y otras, se aprende. Y este pasado fin de semana tocó aprender. Como preveía la 25K Saputo iba a ser juez y verdugo de quienes osamos desafiarla, y mas no estando en las mejores condiciones para hacerlo.
Y si, es cierto que a duras penas, pude terminar la carrera, pero no tengo la sensación de haberla superado ni vencido. Ni siquiera la satisfacción de haberla terminado. Lo bonito de correr, aparte de correr en si, es disfrutar haciéndolo y llegar a meta en unas condiciones que te permitan disfrutar del momento.
Es la segunda vez este año que me sucede el vivir una pesadilla/infierno en una carrera. La primera de ellas fue a principios de año (finales de enero) en la I Monegros Trail barri, que creo que es donde peor lo he pasado hasta ahora. Allí pagué el exceso de ímpetu del que lleva poco tiempo corriendo y piensa que puede con todo lo que le echen. También pagué la novatada de no elegir la carrera corta de 8K, y pagué la inexperiencia en carreras trail, además de correr con unas condiciones invernales muy duras y con un perfil que no era para novatos.
Pasó el tiempo, y le perdí el miedo y respeto a las carreras trail, corrí la carrera del ebro un par de meses después, con un perfil parecido, pero más corta y con unas condiciones de frío aceptables y sin el Huracán que sopló en la monegros. Y bueno, alli tampoco me libré de sufrir, pero fue tan sólo en una zona de toboganes y en la parte final (último 1,5km) con lo que acabe cansado pero contento.
Poco mas tarde corrí la Trail Castillo de montearagón, en la que tuve algún momento puntual de bajón, pero me recuperaba rápido. El final se me hizo un poco largo, pero el tiempo fue muy bueno, con unas muy buenas condiciones para correr.
Y llegó la Saputo. Aquí tenía algunas cosas a mi favor, ya que conocía el terreno de haberlo rodado con bicicleta hace años. La distancia aunque larga (23K) se me hacía aceptable, puesto que en entrenamientos me he ido hasta los 24.
¿Que falló? Lo primero, yo. Tuve la mala suerte de sufrir una gastroenteritis vírica que me empezó el lunes por la tarde y me tuvo tres días vomitando y con fuertes diarreas y fuerte deshidratación. Me empecé a encontrar bien el miércoles. El jueves y viernes salí a entrenar, pero me vi muy muy flojo. Me convencí (erróneamente) que llevando un ritmo lento, podría llegar sin problemas, además tenia la confianza de haber echo una media maratón pocas semanas antes.
¿En que me equivoqué?
-En el Perfil, con muchas mas rampas y mucho más duro de lo que yo recordaba.
-El Clima, extremadamente caluroso desde el principio.
-En el Terreno, 23 km con toboganes constantes y un puerto a 7 km del final por caminos y tierra suelta no es lo mismo que el asfalto, aunque tenga subidas.
-Exceso de confianza, aun conociendo mi estado, fui a la salida. Creo que ese fue el mayor error de todos.
¿Que he aprendido?
-Que las trail o carreras en caminos no es que no sea lo mío, pero se me dan muy mal
-Que el calor no es demasiado bueno para correr.
-Que no hay que perder el respeto por las carreras, porque acaban por ponerte en tu sitio al menor signo de debilidad
-Que no debo participar en una carrera si he pasado por una enfermedad los días anteriores.

Todo esto unido a que últimamente por mucho que entreno, mi estado general y mis tiempos parecen estar retrocediendo, hacen que las ganas de seguir adelante queden un poco mermadas. Ahora mismo, la ilusión de intentar terminar la maratón es la única motivación que tengo.
Intentaré aprender de estos errores y que la sensación de ir hacia atrás se disipe.

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